Foguerons: Las hogueras de San Antonio.
Foguerons: Las hogueras de San Antonio.
La verbena mallorquina Sa Pobla a Gràcia
Josep Fornés y Garcia
Hace seiscientos años que en Mallorca Sant Antoni es patrón de los labradores.
El santo patrón del campesinado catalán medieval, originó un rico costumario tradicional en la isla: demonios, hogueras, cantos de zambomba, morcillas asadas y sobrasada, hasta el punto de llegar a ser una de las fiestas señaladas del invierno en el campo mallorquín.
La devoción antoniana fue importada por los catalanes y convertida en una fiesta con elementos clásicos: comidas comunitarias con derivados del cerdo, fuego congregador que purifica, cantos repentistas de zambomba que ponen a prueba la agilidad de los poetas populares...
San Antonio de Egipto fue un griego cristiano que predicó en Tebas mil años después de los faraones y que se enfrentaba al poder romano con valiente terquedad; la misma etimología del nombre, Antonio, vendría a querer decir “el que hace frente al adversario”.
Sa Pobla es una castiza villa del llano, el Pla de Mallorca, que tiene como principales actividades económicas la agricultura, el comercio y los talleres mecánicos. Un buen día el boticario mallorquín Antoni Torrens me vino a encontrar a Barcelona cuando yo era técnico de Cultura, aconsejado por los amigos Isidre Vallès y Conxa Fiol, con la propuesta de hacer un "fogueró", una hoguera de San Antonio en la plaza del Diamante de Barcelona, como las que se hacen desde hace siglos en Mallorca por San Antonio.
La fiesta tiene un extenso programa de actos, que normalmente empieza el último jueves del mes de enero y tiene su punto culminante el último sábado, al atardecer, con la quema de las hogueras de las plazas de la Virreina y del Diamant y el inicio de la verbena con las zambombas, los cantadors y los glosadors con cantos y bailes mallorquines, jotas, fandangos y boleros.
Las pandillas de jóvenes estudiantes y toda la gente que se congrega hace cola para comprar las morcillas, la sobrasada, la rebanada del tupido pan mallorquín, bajo en sal, y el lomo de cerdo adobado con la picante pimienta y el limón al estilo pobler.
Canciones y tonadas que, desde la profundidad mallorquina, desde la viva tradición de Sa Pobla, os hemos traído como ofrenda de amistad y, vosotros, en Gràcia, las habéis recibido con generosa atención y las habéis integrado a vuestro calendario festivo.
Así han arreciado los vínculos de una cultura que, tanto en el Principado de Cataluña como en las Islas Baleares, con variantes idiosincrásicas, vienen de la misma cuna, tienen el mismo lenguaje. Una lengua, la más bella del mundo que, a todos, nos sirve para trabajar y para cantar, para estimar y para soñar.
Octubre de 2006
La verbena mallorquina Sa Pobla a Gràcia
Josep Fornés y Garcia
Hace seiscientos años que en Mallorca Sant Antoni es patrón de los labradores.
El santo patrón del campesinado catalán medieval, originó un rico costumario tradicional en la isla: demonios, hogueras, cantos de zambomba, morcillas asadas y sobrasada, hasta el punto de llegar a ser una de las fiestas señaladas del invierno en el campo mallorquín.
La devoción antoniana fue importada por los catalanes y convertida en una fiesta con elementos clásicos: comidas comunitarias con derivados del cerdo, fuego congregador que purifica, cantos repentistas de zambomba que ponen a prueba la agilidad de los poetas populares...
San Antonio de Egipto fue un griego cristiano que predicó en Tebas mil años después de los faraones y que se enfrentaba al poder romano con valiente terquedad; la misma etimología del nombre, Antonio, vendría a querer decir “el que hace frente al adversario”.
Fue el primer monje y su idea de practicar
esta forma de vida social hizo fortuna durante toda la Edad Media.
Desde el año 1992, el último sábado del mes de enero en las plazas Diamante y
Virreina del barrio de Gràcia de Barcelona, tiene lugar la verbena mallorquina
Sa Pobla en Gràcia, que ha significado un incremento del intercambio cultural entre
la isla de Mallorca y la ciudad de Barcelona.Sa Pobla es una castiza villa del llano, el Pla de Mallorca, que tiene como principales actividades económicas la agricultura, el comercio y los talleres mecánicos. Un buen día el boticario mallorquín Antoni Torrens me vino a encontrar a Barcelona cuando yo era técnico de Cultura, aconsejado por los amigos Isidre Vallès y Conxa Fiol, con la propuesta de hacer un "fogueró", una hoguera de San Antonio en la plaza del Diamante de Barcelona, como las que se hacen desde hace siglos en Mallorca por San Antonio.
La idea era que sus hijos, estudiantes
universitarios en plena época de exámenes en la capital catalana, pudieran
disfrutar de la verbena como si estuvieran en casa.
La propuesta se reconvirtió en fiesta y el primer año ya había más de tres mil personas
asando morcillas y cantando glosas y cantos populares, y bailando jotas
alrededor del fuego. La fiesta tiene un extenso programa de actos, que normalmente empieza el último jueves del mes de enero y tiene su punto culminante el último sábado, al atardecer, con la quema de las hogueras de las plazas de la Virreina y del Diamant y el inicio de la verbena con las zambombas, los cantadors y los glosadors con cantos y bailes mallorquines, jotas, fandangos y boleros.
Las pandillas de jóvenes estudiantes y toda la gente que se congrega hace cola para comprar las morcillas, la sobrasada, la rebanada del tupido pan mallorquín, bajo en sal, y el lomo de cerdo adobado con la picante pimienta y el limón al estilo pobler.
La tostada de productos típicos del San
Antonio mallorquín es uno de los momentos más populares de la fiesta. Los
aromas de la carne cocida a las brasas se mezclan con el humo que impregna la ropa
de los festeros que se sientan en la misma calle, en las aceras o quedan en pie
durante toda la comida.
La organización dispone unas grandes
parrillas para asar carnes y morcillas y los xirimiers, sonadores de cornamusa, y los cantantes van pasando de
plaza en plaza y de calle en calle hasta que no queda Rincón alguno donde no
haya llegado la fiesta.
En el recuerdo queda como homenaje de la
memoria el honor de haber contado durante los primeros años con la compañía de
la señora Maria Antònia Buades “Madó Buades”, la mejor cantadora que nunca haya
tenido Mallorca. Hoy el testigo lo recogen Antònia Serra “Mussola” y Biel
Cladera “Collut” que enaltecen la fiesta con la calidad de su arte popular.
Ellos con el ximbomber Antoni Ballador
hace diez años que mantienen viva la tradición en la Escuela de Zambomba de Sa
Pobla que ha conseguido recuperar una generación perdida en el canto campesino
enseñando a cantar a las madres de las alumnas de la escuela.
Hacia las once de la noche empieza el baile a la plaza Virreina con un grupo al
escenario de la plaza. Los bailaores se afanan en abrirse espacio entre el
escenario y la gran hoguera frente a las escaleras de la iglesia de San Juan
Bautista de Gràcia que preside la plaza. A los curiosos les sorprende ver a tantos
jóvenes bailando la jota en medio de Barcelona, un baile poco frecuente hoy en
día en la ciudad.
Más de ocho mil festeros se reúnen en las
dos plazas y los desperdicios y basura son importantes. Esta celebración ha
sido líder en Gràcia en la incorporación de criterios de sostenibilidad. Basada
en el uso de productos autóctonos, y la adopción de medidas como la recogida
selectiva de residuos, el uso de material compostable y el uso de los vasos de
alquiler, reutilizables.
El sábado hacia las ocho y media del anochecer se celebra el pasacalle de
bailes tradicionales al acabar una recepción a la Sede del ayuntamiento del Distrito.
El pasacalle sale de La plaza de la Vila de Gràcia y recorre las calles para
acabar en la Pl. Virreina. participan los grupos de bailes y elementos de
fiesta mayor de Gràcia y grupos mallorquines: los xeremiers, los bastoners de
Gràcia, los gigantes de Gràcia , cabezudos y gegantons, los Bastoners de Barcelona, Castellers de la Vila de
Gràcia, demonios y tambores de Albopàs, los diablos y el dragón de Gràcia.
Pronto se consideró interesante la
implicación de las comisiones organizadoras de la fiesta mayor del barrio en el
montaje de foguerons para intentar incorporar la costumbre mallorquina de prender
fuego delante de casa y así favorecer la proximidad entre forasteros y vecinos.
Cada espacio público, calle o plaza, que
hace hoguera ofrece una fiesta por los vecinos y vecinas de aquel lugar, pero
abierta al público en general.
El escritor pobler Alexandre Ballester
resumía en un saludo del año 1998 el sentido de la fiesta:
“Sueño me parecería, si no las hubiera vivido, estas cinco
verbenas pobleras en Gràcia, que ya son un poso de recuerdos gratificantes. Un poso
de hermosa hermandad entorno al fuego congregador y de la zambomba alentadora.Canciones y tonadas que, desde la profundidad mallorquina, desde la viva tradición de Sa Pobla, os hemos traído como ofrenda de amistad y, vosotros, en Gràcia, las habéis recibido con generosa atención y las habéis integrado a vuestro calendario festivo.
Así han arreciado los vínculos de una cultura que, tanto en el Principado de Cataluña como en las Islas Baleares, con variantes idiosincrásicas, vienen de la misma cuna, tienen el mismo lenguaje. Una lengua, la más bella del mundo que, a todos, nos sirve para trabajar y para cantar, para estimar y para soñar.
Este año, por sexta vez, venimos con el corazón florecido de
canciones y el alma sembrada de buena voluntad. Los sentimientos del pasado y
las esperanzas de futuro nos unen. Y, un año más, viviremos la verbena de las
hogueras, la noche bruja poblera, en la dulce geometría de plazas y calles de
Gràcia, como si fuera un sueño hecho realidad.”
Josep FornésOctubre de 2006
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